Ryszard Kapuscinski
Recorrido por su vida y su obra en Viajes con Heródoto
Historia y viaje: dos conceptos amigos
Cuando hablamos de historia, hablamos de periodismo, de viajes, de vida. Y es inevitable pasar por encima de todos esos temas sin hablar de dos hombres que dedicaron su vida precisamente a escribir sobre los mismos. Ellos son Herodoto y Ryszard Kapuscinski.
Cada uno a su manera, reinventaron el viaje y la forma de contarlo. Al primero se le considera como el padre de la historia por los nueve volúmenes que escribió bajo ese nombre, dejando constancia de todo lo que vio en sus viajes, y que pasó a formar parte de la historia del mundo.
Kapuscinski, periodista de profesión, aunque más contemporáneo, supo poner en negro sobre blanco todo aquello que experimentó en su vida. Sus escritos son siempre una mezcla de ensayo crítico, crónica periodística, libro de viajes y de historia a la vez.
Kapuscinski defendió que con la Historia de Herodoto también se había inventado el periodismo porque narraba la situación del momento y las causas históricas que habían llevado a esa situación. Herodoto también fue considerado antropólogo porque incluía también relatos sobre las costumbres de las personas que conocía en sus viajes.
Si Heródoto pasó su vida intentando contar a los atenienses como vivían en otros lugares del mundo, Ryszard Kapuscinski abandonó Polonia para descubrir lo desconocido. Para calmar el ansia por encontrar aquello que no halló dentro de las fronteras polacas. Por la necesidad de ver mundo y contarlo. Se inició como corresponsal de la mano de Heródoto cuando su jefa le regaló su Historia antes de su primer viaje –tal y como el propio Kapuscinski cuenta en Viajes con Heródoto-.
Ambos estaban interesados en la vida y en las costumbres de las gentes que conocían en el camino. Ambos eran observadores, curiosos, siempre dispuestos a escuchar. Ambos escribían siempre a mano, siempre.
El nexo entre historia y viaje no desaparecerá nunca porque viajar significa también conocer una parte de la historia de nuestro destino. Ryszard Kapuscinski lo sabía perfectamente.
El maestro
No son los numerosos premios que ganó en vida. Ni tampoco el reconocimiento mundial de este periodista polaco. La trayectoria influye, sí. Pero lo que realmente hace que Ryszard Kapuscinski sea un maestro en el ámbito del periodismo es que consigue que diferentes tipologías textuales y estilos confluyan en un mismo escrito de forma harmónica. La crítica, la opinión y el buen periodismo en Los cínicos no sirven para este oficio; El retrato de una personalidad en El Emperador; Reflexión sobre acontecimientos actuales y autobiografía en El mundo de Hoy. Periodismo e historia en Viajes con Heródoto.
Kapuscinski nació en Pinsk y con 10 años la guerra les obligó, a él y a su familia, a deambular de ciudad en ciudad para sortear los peligros del frente. Se instalaron en Varsovia, y ahí fue donde cursó los estudios de Historia y empezó a escribir sus primeros artículos.
La oportunidad de su primer viaje llegaría mientras trabajaba en el periódico Sztandar Mlodych. Decidido y con ganas, le dijo a su jefa, Irena Talowska, la frase que le permitiría salir de su patria: “Quiero cruzar la frontera”.
Ryszard Kapuscinski Fuente: Kapuscinski |
Viajar con Heródoto
Cruzó la frontera y, a pesar de que se hubiese conformado con ir al país vecino, le destinaron a la India. Precisamente es toda esta historia la que narra en su obra Viajes con Heródoto, la cual intercala con fragmentos que iba leyendo en sus primeros viajes del libro que le regaló su jefa.
El viaje es en esta obra algo necesario, experimental y tiene un ingrediente de descubrimiento que hace que la obra sea excepcional. Viajar resulta para el autor una tentación, incluso que pueda parecer negativo e incorrecto a los ojos de otros. Por eso el relato es tan realista: refleja los sentimientos y vivencias del propio periodista al querer descubrir un mundo completamente nuevo y al poder hacerlo. No estamos hablando de que su primera salida de Polonia fuese a República Checa. La India se abre ante sus ojos como un “mundo nuevo”.
“Aquel encuentro extraordinario y fascinante fue a la vez una lección de humildad. Sí, el mundo enseña humildad. Pues regresé de aquel viaje con el sentimiento de vergüenza por mi falta de conocimientos, por la insuficiencia de mis lecturas, por mi ignorancia”.
Es uno de los muchos ejemplos de la sensación de descubrimiento que experimenta y describe el periodista y que podemos encontrar en Viajes con Heródoto. ¿Cuántas veces nos hemos sentido nosotros así al viajar y descubrir un paisaje completamente diferente al nuestro? ¿o una cultura? ¿o un país cuyas instituciones políticas son diferentes a las de uno mismo?
El objetivo de Kapuscinski es llegar al lector y que éste se sienta identificado con lo que sintió el periodista en sus primeros viajes, como percibió todo lo nuevo que le rodeaba. Observa lo desconocido desde el respeto. En ningún momento descubrimos a un Kapuscinski con prejuicios u opiniones. Se limita a describir lo que ve, lo que siente, lo que huele. Se enfrenta a otra cultura, otro idioma, otra religión, y se siente perdido, como nos hemos sentido perdidos todos alguna vez en un lugar lejano a nuestra patria.
“me dijo algo que no entendí. Me imagino que me preguntó por qué estaba yo plantado allí, en medio de un aeropuerto vacío. No se me ocurrió nada que contestarle, me limité a escrutarlo todo con la mirada. […] No estaba preparado para aquel viaje”.
Y sin estar preparado y casi sin quererlo, Kapuscinski empezó así su carrera profesional. Una carrera que le llevó a sobrevivir a 27 revoluciones. Una carrera que le permitió informar 12 veces desde el frente y durante la cual fue condenado a muerte en cuatro ocasiones.
Viajes con Heródoto es solo el principio de una trayectoria profesional y personal de la cual el propio Ryszard Kapuscinski supo dejar constancia. Sus escritos son hoy manuales de periodismo utilizados en clases de Universidad y son un referente también en el mundo de la historia y los viajes.
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