viernes, 25 de mayo de 2012

¿Hasta qué punto es anormal lo que para otros es normal?

¿Hasta qué punto es anormal lo que para otros es normal?
La otra cara de la moneda

El etnocentrismo es una realidad existente hoy en día. Con este vídeo, mi compañero Albert y yo pretendemos, de forma original, transmitir el mensaje de que lo distinto nos llama la atención y que muchas veces acabamos juzgándolo negativamente. A pesar de que podemos pensar que la mayoría no somos racistas, sí mostramos, de todas formas, un rechazo ante muchos aspectos de otras culturas. Lo hacemos simplemente porque éstas nos parecen anormales y acabamos mostrando incluso aversión hacia ellas. Además, en muchas ocasiones damos también por sentado que nuestra cultura es la mejor ¿No es esto también una forma de ser racista?

Con este microguión tenemos como objetivo principal crear una especie de “experimento visual”. El trabajo se divide en dos partes y cada una de ellas cumple una función distinta. La primera parte muestra una serie de imágenes aleatorias que van apareciendo a velocidad considerable. Con ellas pretendemos causar en el receptor incertidumbre, que se pregunte el porqué de estas fotos en concreto y a su vez causar de forma subliminal una especie de primer juicio; un juicio por parte del destinatario que ve “anormales” aspectos de otra cultura inexistentes en la nuestra.

La segunda parte muestra pequeños fragmentos de vídeos que de forma clara y concisa hacen reaccionar al receptor, ya que éste ve en ellos algo diferente, ajeno a su cultura. Y quizás por este motivo su primera sensación sea de rechazo y asco. Una vez han finalizado los vídeos se podría demostrar que nuestro experimento se ha llevado a cabo con éxito. Tal y como habíamos pensado en un principio, en la mayoría de casos la gente reacciona con una actitud etnocentrista, juzgando a través de nuestra cultura otra distinta. Además, en muchos casos se da por hecho que la nuestra es la mejor, o al menos la más “normal”.

Este es un pequeño juego o camino donde vamos a orientar lo bueno y malo de cada sociedad o etnia en el campo opuesto, porque es en la contraposición donde vemos el oro que no siempre reluce. Ahí contemplamos el residuo visual y social que nos acontece. Aquello que, a pesar de los años, sigue permaneciendo en cada uno de nuestros pequeños simbolismos cerebrales. Ese arquetipo inconsciente que permanece intacto a los años, las arrugas, los besos, las caricias y las costumbres.




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