El turismo en España está cambiando. La primavera árabe ha hecho que todo el turismo que se dirigía a las costas de Túnez o Egipto se desvíe al lado opuesto del Mediterráneo. España vuelve a estar en el punto de mira de los viajeros y Tour Spain, el Instituto de Turismo de España, es el encargado de vender esta marca.
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| Álvaro Blanco, Tour Spain. Fuente: Gabinete Comunicación y Educación |
Álvaro Blanco, gerente de la compañía, destaca por encima de todo al cliente. “No se puede dejar de lado lo que el cliente quiere. Hay que vender lo que ellos quieren, el producto y el destino.” Además, define a estos viajeros o turistas como especialistas, ya que se informan tanto que se vuelven muy exigentes.
Ya no hablamos de vacaciones de tres o cuatro semanas en el verano de los años sesenta. Se han puesto de moda las escapadas de fin de semana. Ya no nos limitamos a la disyuntiva de playa o montaña. Y encima, buscamos cuidar el medio ambiente. Buscamos estética, autenticidad, exclusividad, fantasía y la diversión y riesgo. Lo queremos todo, vaya.
Tour Spain, además, pone a disposición de los jóvenes del Máster de Periodismo de Viajes plazas en sus más de 30 oficinas alrededor del mundo. Una gran oportunidad para conocer el mundo del turismo y de vivir en un país extranjero haciendo buena propaganda de tu país.
La única forma de acceder a una de estas plazas es mediante una beca a la que se puede acceder cada dos años.
Eso sí, se puede acceder también trabajando por amor al arte. Los jóvenes estudiantes únicamente tendrían que costearse el billete al país de destino, el visado, el alojamiento, la comida y los gastos que pudiesen tener.
En el mundo en el que cada día nos levantamos, dónde escuchamos a diario la palabras “crisis”, “paro”, “paro juvenil”, “la juventud mejor formada”, la oferta de trabajar gratis no dejó a los estudiantes con una sonrisa en la cara.
El turismo en España está cambiando, sí. Y España tiene que poner su mejor sonrisa y olvidarse de esas palabras que nos acompañan a diario. Olvidarse de los conflictos internacionales y venderse como la mejor opción posible entre todo el continente Europeo. Algo difícil de conseguir si las personas que hoy se forman para desarrollar esa tarea no se sienten motivados ni reconocidos por la marca que les representa.
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