lunes, 14 de mayo de 2012

¿Cómo aprender cirílico en un día y hacer una amistad especial al mismo tiempo?

¿Cómo aprender cirílico en un día y hacer una amistad especial al mismo tiempo?

Un día, de un mes, de un año…


-Hola, me llamo Irene y ¿tú?
-Yo Bogdan.
-Vaya…Qué nombre más raro  ¿Y de dónde eres?
-Soy de Belgrado en Serbia.
-¡Ala! Me encanta la península de los Balcanes y todo lo relacionado con ellos. Este verano pasado he estado en Bosnia, Croacia y Eslovenia, pero no pude ir a Serbia y eso que me habría encantado, es una pena.
-¿Y por qué no fuiste a Serbia? Mi país es precioso.
-Lo sé,  pero es que iba en un coche de alquiler y no podía ni leer los carteles porque todo está en cirílico. En las guías las cosas aparecen escritas en castellano, pero una vez que llegas ahí la realidad es muy distinta, te lo encuentras prácticamente todo en cirílico.
- Bueno, en Belgrado todo en general está escrito en alfabeto cirílico y latino.
-Ya, pero porque Belgrado es la ciudad más turística, pero a mí me gusta ir por los pueblecitos más alejados, y me encantaría conocer casi todo Serbia, pues es un país poco explotado turísticamente y es maravilloso. La gente todavía tiene muchos prejuicios.
-Hagamos una cosa, intento explicarte el alfabeto cirílico de una forma sencilla. Así podrás transcribir las palabras y sabrás leerlas como si estuviesen escritas en castellano. Del vocabulario ya nos encargaremos más adelante, pero si no, siempre te puedes comprar un diccionario o usar el “Google Translator” desde el móvil.
- Vale, ¿cómo lo hacemos?
-Pues mira, en una hoja voy a escribirte el alfabeto en cirílico y su correspondiente letra de tu alfabeto a su lado. Te explicaré también que hay unos sonidos que vosotros no tenéis. Una vez lo hayas memorizado lo escribiré de nuevo y tú te encargarás de poner las equivalencias en castellano. Cada día lo haremos hasta que te lo aprendas.

No sé si fueron las ganas que tenía de aprenderlo, o lo mucho que necesito entenderlo para viajar a dónde quiero, que el mismo día ya me lo sabía y podía transcribir las palabras. Así, Bogdan me escribía en mi libreta palabras que yo descifraba. Aunque no sepa vocabulario hasta dentro de mucho, al menos podré saber en el futuro en qué ciudad estoy y cómo llegar hasta otra. 


Fuente: Cultura10.com


2 meses después…

-Me alegro que ya sepas “descifrar” el cirílico Irene.
-Sí, yo también. ¡Ya puedo ir a Serbia yo solita!
-No te preocupes, ya iremos juntos cuando regrese allí.
-Gracias, ahora he aprendido también que no eres solo un profesor, ni un compañero, ahora te he conocido y sé que eres un AMIGO. Sí, sí, uno de esos que son geniales y que cuanto más tiempo pase más sonrisas me sacará.

Un idioma. Un alfabeto distinto. Ganas de aprender. Su ayuda. Mi motivación. Un mismo Máster. Horas y horas de clase juntos. Y trabajos. Y Mil historias. Horas y horas hablando. Y las que quedan. ¿Fiesta? Y las que quedan también. Normalmente mismas ideas. Parecidos sentimientos. Simples ingredientes que mezclados consiguen  un cóctel explosivo que da lugar a una bonita amistad entre un serbio y una “gallegiña”. ¿Qué pasará con “mi cirílico”? No se sabe… ¿Y con nosotros? Ah sí, eso sí se sabe, se llama amistad, y eso no se pierde.

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